El roce de tu piel by Noelia Amarillo

El roce de tu piel by Noelia Amarillo

autor:Noelia Amarillo [Amarillo, Noelia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Erótico
editor: ePubLibre
publicado: 2022-10-19T00:00:00+00:00


* * *

«¿Qué hora es, merluzo? ¿No tendrías que ir a por la Casiguapa a la parada del bus? Tengo ganas de que nos peguemos unos saltos, ayer lo hizo para cagarse. Lástima que no la vieras».

Jueves, 26 de octubre

—Maravillosas tardes, Elías…

Elías apartó la vista de la pantalla del portátil y la centró en la mujer que acababa de entrar en la oficina. Alta y esbelta, con el pelo rubio poblado de canas largo hasta la cintura y los ojos castaños idénticos a los de su hija mediana.

—Buenas tardes, Nini. —Cerró el ordenador y se acercó a ella—. ¿Ocurre algo?

—Oh, no, pero ocurrirá.

«¿Y esta de qué va? ¿De pitonisa? Anda que ya le vale, ni dos luces tiene en el cerebro».

—No hace falta ser desagradable —dijo ella con una sonrisa.

—¿Va a ocurrir algo desagradable? —inquirió Elías confundido. A veces era complicado hablar con Nini de manera coherente.

—Espero que no. ¿Acaso intuyes algo? —le preguntó preocupada.

—No, claro, solo lo he dicho por… —Elías sacudió la cabeza, mejor dejarlo correr.

«Madre mía, mujer, estás como las maracas de Machín».

—Me lo tomaré como un cumplido. Las tocaba muy bien.

—¿El qué? —inquirió Elías.

—Las maracas, por supuesto. ¿Qué otra cosa iba a tocar Machín? —contestó Nini.

Elías parpadeó perplejo.

«Esto es para cagarse… ¡¿Puedes oírme?!»

—Siempre. Si nos disculpas, tengo que hablar con Elías de algo muy importante.

Elías se giró por si acaso había entrado alguien en la oficina. Pues no.

—Cuando quieras, Nini —la emplazó.

«¡Una mierda te disculpo! ¡Que le den por culo al merluzo, habla conmigo ahora! ¡Llevo casi siete décadas sin tener una conversación con nadie!»

—Y como emplees ese tono, pasarán otras siete más —le amenazó muy seria.

—Lo siento, Nini, no te sigo —señaló Elías desubicado.

—No me extraña —suspiró—. Ya has visto lo que ha pasado hoy. Y lo que pasó ayer.

—Con Sin, te refieres.

«Al merluzo esa salvaje le importa un pepino».

—Esa salvaje es mi hija —repuso Nini envarada.

—Lo sé… —musitó Elías perplejo.

«Esto es para cagarse, entonces también eres la madre de la Pechugona. Pues no ha heredado sus atributos de ti, andas más bien escasa».

—No te consiento esas groserías.

—¿Perdona?

—No hablaba contigo, cielo. ¿Salimos? Aquí hay demasiadas distracciones.

—Sí, claro…

«¡No! ¡No puedes irte!»

—¿Vas a portarte bien?

—Siempre lo hago —replicó Elías. Comenzaba a sentir un incipiente dolor de cabeza.

«¡Me cago en tus muelas! ¡A mí no me da órdenes una mujer!»

—Vámonos, cielo, con alejarnos unos metros de la cuadra será más que suficiente. —Nini enhebró el brazo de un aturdido Elías y se dirigió a la puerta.

«¡Vale! Tampoco es que tenga nada que decirle a una bruja como tú».

—Eso está mejor. —Nini soltó a Elías y se sentó en uno de los sofás.

—Nini, no quiero ser grosero, pero estoy bastante ocupado —señaló.

—Seré breve. Me preocupa Beth.

—¿Ha ocurrido algo? —preguntó turbado sentándose a su lado.

—Ocurrirá si seguís así.

—Así, ¿cómo?

—Sufriendo.

—¿No crees que estás exagerando, Nini?

«Pero solo un poquito de nada… Esto es para cagarse».

—Conozco a mi hija. Y te conozco a ti, Elías. Sois tercos, orgullosos e introvertidos. Todo lo guardáis para vosotros. Y ahora estáis muy dolidos. Tú, porque no sabes qué ha ocurrido y sientes que mereces una explicación, como así es.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.